Desde que el «impuesto al Sol» fuera derogado en 2018, el cual tasaba por obtener electricidad a partir del Sol mediante medios sostenibles a los particulares, ha habido un repunte en las compras de paneles solares. Hoy en día, vuelve a ser perfectamente viable autoabastecerse de energía, ahorrando en nuestra factura de gas o de luz, y reduciendo en el proceso nuestra huella energética, al instalar paneles solares en nuestra vivienda.
Hay dos formas de emplear la luz solar para obtener en casa: de forma electrofotovoltaica y de forma térmica. Antes de plantearnos la instalación de cualquier placa solar, debemos decidir cuál de las dos nos interesa.
📌 Índice
Energía fotovoltaica
La energía fotovoltaica es en la que pensamos cuando un panel solar clásico nos viene a la cabeza. Este tipo de placas solares fotovoltaicas se componen de una serie de células hechas de materiales semiconductores, que convierten, por un proceso físico, la energía solar en energía eléctrica. De esta manera se genera un flujo de corriente continua, que podemos emplear para nuestra vivienda o transformar en corriente alterna para transportarla grandes distancias.
Como lo que estos paneles generan es electricidad, pueden usarse para alimentar cualquier dispositivo eléctrico. Nuestra nevera, nuestra televisión, o los ventiladores pueden abastacerse así con energías renovables. Pero, si nuestra caldera no es eléctrica, no podremos emplear nuestra energía limpia para ello.
Además, las instalaciones fotovoltaicas suelen ser frágiles, y demandan mucho mantenimiento. Precisamente, se debate ampliamente sobre si las grandes instalaciones colectoras fotovoltaicas son eficientes, ya que es muy costoso construir los paneles. Pero, por su reducido tamaño y comparativamente bajo precio, son perfectas para hogares y pequeñas empresas.
Energía térmica solar
La otra forma de emplear la energía solar para abastecernos es no transformarla en electricidad. Puesto que la energía del sol se convierte en calor al entrar en contacto con una superficie, podemos usar ese calor de forma directa. Para este tipo de fines se suelen emplear paneles solares simples, de colores oscuros y materiales mucho más rudimentarios. Su fin es, meramente, recolectar tanta luz solar como puedan, y así, calentarse. Una instalación conductora, típicamente a base de agua, es la encargada de transportar ese calor hasta nuestras tuberías, y, así, alimentar nuestra calefacción o nuestra ducha.
Este tipo de panel es mucho más económico que una placa fotovoltaica, y requiere menos mantenimiento, aunque, evidentemente, solo nos servirá para evitar gastar en gas. En esencia, se trata del mismo mecanismo que emplean las grandes centrales solares. En ellas, un conjunto de espejos recolectan la luz solar y la orientan a un único punto, donde se ubica un colector que, a causa de la luz, se pone a miles de grados, calentando un circuito de agua, y este haciendo funcionar una turbina.
Balance neto
A día de hoy, lo más habitual es que, en el caso de las instalaciones fotovoltaicas, el usuario vuelque en la red eléctrica el exceso de energía que no emplee. De esta forma, estaría obteniendo un importe por parte de la compañía eléctrica, que compensaría los gastos que este hiciera de la red. Con esta modalidad podemos no ya solo ahorrar, sino que incluso podemos llegar a anular completamente nuestra factura de la luz.
En cualquier caso, en caso de no desees dar a la compañía eléctrica tu energía no gastada, puedes hacerlo. Eso sí, deberás instalar un segundo aparato, un sistema antivertido, que será el que garantizará que la energía de la red entre pero no salga. No te recomendamos hacer esto.
¿Y si vivo aislado?
Aquellos individuos que tengan residencias o negocios en zonas remotas, a donde la red eléctrica no alcanza, probablemente ya dispongan de sus propias formas de autoabastecerse de energía. Tradicionalmente, la única manera de suplir la falta de red eléctrica era hacerse con un generador a gasolina y quemar combustible para tener energía. Sin embargo, desde hace unos 20 años, es perfectamente posible abastecernos de forma limpia.
Existen muchos métodos para garantizar nuestro suministro en zonas aisladas, pero ya que estamos hablando de energía solar, es importante destacar que vas a necesitar placas fotovoltaicas si quieres energía eléctrica. Los métodos térmicos no te van a servir en solitario. Además, vas a necesitar un grupo de baterías. Es una obviedad, pero, de noche, tus paneles no van a obtener energía. Por ese motivo, necesitas colectores que almacenen parte de la producción para la noche y para los días nublados o tormentosos.
Solicitando un presupuesto
La instalación de placas fotovoltaicas o térmicas es una inversión muy importante, ya que el precio monetario suele ser elevado. Es importante analizar bien nuestra vivienda para decidir el tamaño y características más adecuados para nuestras instalaciones de autoconsumo, de manera que ahorremos en coste inicial y obtengamos el máximo rendimiento a largo plazo.
Lo primero que debemos hacer es contactar con una empresa que se dedique a este negocio para comunicarles nuestra intención y pedir un presupuesto para instalar paneles solares en casa. La empresa instaladora requerirá que le digamos el tamaño de nuestra vivienda en metros cuadrados, y las características, orientación y dimensiones del tejado.
Es buena idea también comunicar cuánta energía gastamos actualmente de la red convencional, para que puedan decidir qué tipo de instalación es el más adecuado para nuestras instalaciones. Si estamos contentos con el presupuesto, todos los permisos serán solicitados por la empresa instaladora y símplemente tendremos que esperar durante el proceso de instalación de placas solares.
Una vez que tengamos nuestar instalación en casa, podremos empezar a ver cómo ahorramos en nuestra factura de luz o de gas. A pesar de que instalar paneles solares es una inversión importante, a largo plazo, tanto en el plano personal, como en el medioambiental, compensará. Si deseas buscar las mejores tarifas de luz y de gas, y deseas energía limpia, échale un ojo a nuestro buscador.