Nos encontramos en una época en la que, después de vendernos los coches diésel a diestro y siniestro, ahora nos dicen que estos tienen fecha de caducidad y que debemos apostar por las energías renovables. Con la producción de los motores diésel casi finiquitada, y con la única opción (a largo plazo) de las energías renovables, el futuro de la movilidad debe reinventarse, ese el principal fin de los combustibles sintéticos.
Actualmente contamos con múltiples opciones: coches eléctricos, híbridos, híbridos enchufables, GNP, GLC… Alternativas no faltan, algunas ya están perfectamente adaptadas al mercado automovilístico, sin embargo otras se espera que lo hagan en los próximos años, como por ejemplo los combustibles sintéticos con emisiones neutrales de carbono.
📌 Índice
¿Qué es realmente el e-Fuel, también conocido como combustible sintético?
Este tipo de carburante sintético es un combustible líquido, muy similar a los que actualmente conocemos, pero con la diferencia de que este se obtiene a partir de un proceso químico que parte del hidrógeno, por lo tanto es un combustible 100% limpio y la energía que se utiliza para su fabricación es renovable. La gran diferencia entonces es que no procede de fuentes de energía fósiles.
Los futuros motores de combustible sintético son la solución perfecta para las limitaciones de autonomía que actualmente tienen las baterías eléctricas. Con este combustible e-Fuel, los motores de combustión lograrían emitir cero emisiones de carbono. Su único problema es que desarrollar dichos combustibles sintéticos supone unos costes demasiado elevados.
¿De qué está formado el carburante sintético?
La mayor novedad de este combustible es que en vez de liberar CO2 (como cualquier combustible clásico), lo captura. El primer paso para crear este carburante es obtener hidrógeno del agua, esto se logra mediante la técnica de la electrólisis (energía renovable). Cuando se combina hidrógeno con dióxido de carbono, se obtiene el combustible sintético, el cual podrá ser gasolina, diésel, gas, queroseno, etcétera. El siguiente paso es añadir carbón, para generar el combustible líquido, este carbón se obtiene de procesos industriales o se captura del aire mediante filtros.
Como podemos ver, el proceso de obtención de este combustible es mucho más ecológico que el proceso de producción de, por ejemplo, la gasolina. Además, el e-Fuel puede estar diseñado para no generar hollín, lo que sería una revolución en el tratamiento de los gases de escape. El único problema es su elevado coste de obtención, ya que el coste de transporte y almacenaje sería el mismo que los combustibles fósiles.
¿Son viables los combustibles sintéticos?
De momento lo único que sabemos es que están en marcha diversos proyectos piloto para comercializar gasolina sintética, diésel sintético y gas natural. El problema de este tipo de combustibles es que la producción de combustibles sintéticos a gran escala es, ahora mismo, prácticamente imposible. Se necesitaría un gran desembolso previo y, si observamos la energía eléctrica invertida, apenas se recuperaría la mitad. Además, esta energía debería ser 100% de una fuente renovable para que sea neutra en carbono.
La realidad es que todavía quedan años para que este tipo de combustible lo podamos encontrar en las gasolineras de nuestra ciudad. Bosch y Porsche han apostado fuerte por este tipo de combustible. Bosch defiende que este combustible será mucho más económico en comparación con, por ejemplo, un vehículo eléctrico. Por otro lado, Porsche asegura que para 2022 alguno de sus modelos utilizarán eFuels para circular. Además aseguran 550 millones de litros para el 2026, así como un precio reducido para el consumidor (cosa que todavía no está demostrada), por lo que será mucho más económico que los combustibles fósiles. Lo cierto es que si se consigue producir carburante sintético mediante energías renovables, este combustible se podrá producir sin limitaciones de volumen, a diferencia de los bio-combustibles.