La sociedad de hoy en día a menudo nos obliga a incluir en nuestro vocabulario términos financieros. Hablamos de préstamo, crédito, hipoteca o anticipo y es importante recalcar que cada uno de estos conceptos tiene su propio significado particular. En este artículo te explicaremos en qué consisten los términos crédito y préstamo; en que se diferencian entre ellos y cuáles son sus principales ventajas y desventajas. De esta manera, podrás decidir de manera más sencilla cuál de los dos tipos de préstamo bancario es más adecuado para ti. Esto viene dado en función de tu situación, necesidades y preferencias personales. Lo vemos a continuación.
📌 Índice
Préstamos personales: definición y características principales
Los préstamos personales son, en esencia, un tipo de producto bancario mediante el cual el cliente solicitante del préstamo recibe una cantidad de efectivo fija y concreta, adquiriendo el compromiso de devolver ese dinero dentro del plazo de devolución acordado en el contrato oficial, junto con los intereses también acordados, en pagos o cuotas regulares (semanales, mensuales, anuales, etc.). Los préstamos personales son concedidos por las entidades bancarias y, cómo no, requieren de cierta documentación (datos personales básicos, justificante de ingresos, etc.), requisitos y garantías o avales para poder ser solicitados.
Así, los préstamos personales se conceden en el mismo momento en el que se hace oficial el contrato del préstamo por parte de la entidad bancaria prestamista en cuestión; y, como hemos explicado en el párrafo anterior, su plazo de devolución puede variar en función del tipo de préstamo que se trate; en el caso de los micropréstamos (préstamos de baja cuantía), por ejemplo, el prestatario suele disponer de entre 5 y 60 días para devolver el dinero. Mientras que si se trata de préstamos de mayor cantidad, el plazo de devolución puede extenderse hasta los 8 años o más. Así, la devolución de los préstamos personales se efectúa a través de pagos periódicos; y cuentan con un tipo de interés del 20% TAE (Tasa Anual Equivalente) en la mayoría de los casos.
Línea de crédito: definición y características principales
Una línea de crédito es, en esencia, un tipo de producto bancario mediante el cual una entidad bancaria otorga efectivo a un particular, empresa o incluso a un gobierno. Podemos decir que, en realidad, una línea de crédito se trata de una cuenta bancaria (corriente o no) en la que hay depositada cierta cantidad de dinero. La entidad prestataria puede ir sacando de la forma que más le convenga.
Así, el proceso de devolución del dinero funciona de manera diferente en el caso de las líneas de crédito. De esta forma, el prestatario tiene la posibilidad de ir devolviendo el efectivo a medida que vaya sacando dinero de la línea y, por lo general, tiene un plazo máximo para hacerlo de 1 año. Por último, cabe destacar que los tipos de interés suelen ser bastante más bajos en el caso de las líneas de crédito en comparación con otras formas de préstamo.
Entonces, en mi caso ¿crédito o préstamo?
Si, aún no terminas de decidir qué forma de préstamo bancario de efectivo es más aconsejable para ti en función de tu situación actual, necesidades y preferencias personales, deberías saber que:
Las líneas de crédito están especialmente diseñadas para aquellas personas y/o empresas que prevean que van a necesitar sacar dinero en repetidas ocasiones a lo largo del año, y por eso son muy populares entre PYMES (Pequeñas y Medianas Empresas) y autónomos.
Los préstamos personales, por el contrario, son más adecuados para aquellas personas que se encuentren en la obligación de hacer frente a un pago importante de una sola vez. Entre estos casos hablamos de la reparación de alguna parte del coche; comprar una inmueble; hacer una reforma en el baño de nuestra casa; etc.