La energía nuclear en España se hace cada vez un sitio más grande. Todos recordaremos la famosa cabecera de la mítica serie de los Simpsons. En ella, Homer Simpson aparece quitándose una máscara de protección en la planta de energía nuclear en la que trabaja en Springfield. Pues se trata, nada más y nada menos, que de una de las formas de producir electricidad alternativa. De esta forma, se asegura la reducción del uso de los combustibles fósiles, que por tanto, implica la reducción de emisiones de gases contaminantes.
Durante décadas, la energía nuclear ha sido criticada por sus efectos colaterales. Como mencionábamos, la contaminación por su generación es mucho menor. Sin embargo, y aunque no produzca efectos graves de calentamiento global o gases contaminantes, sí que supone algunos conflictos éticos y contaminación en paralelo. Esta forma de generar electricidad ocurre a través de diversos procesos de fisión nuclear que tiene lugar en los famosos reactores nucleares que algunas ciudades se niegan a acoger. El hecho de la producción de energía eléctrica a través de una reacción nuclear, requiere de planes de emergencia por sus efectos colaterales. Actualmente existen 5 plantas nucleares en España. Estas instalaciones nucleares, que abastecen también al sistema eléctrico español, están ubicados en Extremadura, Cataluña o Comunidad Valenciana.
📌 Índice
Definamos qué es la energía nuclear
La generación de energía nuclear parte de la porción material menor de un elemento químico. Es decir, extraer la energía que existe en estas partículas. Recordemos que el átomo es la partícula más pequeña en que puede dividirse un elemento químico. Dentro del núcleo de un átomo, “sobrevuelan” dos tipos de carga eléctrica distintas: neutrones y protones, que acumulan una cantidad de energía suficiente para mantenerlos unidos.
¿Y cómo se extrae la energía?
Para poder comenzar la fase de extracción de energía del átomo, es importante un marco de seguridad, dado que es una reacción exotérmica, es decir, que libera la energía contenida. Es por ello que existen centrales nucleares específicamente con este fin. Cada central nuclear cuenta con, al menos, un reactor nuclear. Esta energía se produce en dos procesos alternativos: fisión o fusión nuclear.
Fusión nuclear
En este proceso, el proceso de generación de energía ocurre cuando los núcleos de los átomos se combinan o fusionan para formar un núcleo más grande. Es decir, es un núcleo que aglomera aún más energía por esta suma de neutrones y protones que libera esta carga eléctrica. De esta manera se somete el núcleo de dos átomos a unas condiciones físicas en las que los núcleos se fusionarán pero solo habrá una unidad atómica. De hecho, el tipo de energía que produce el sol es energía por fusión de núcleos. Sin embargo, no es viable de forma artificial y sostenida, por lo que de momento todas las formas de reacción nuclear aplicadas son de fisión.
Fisión nuclear
Es otro proceso exotérmico, es decir, que libera energía en su transcurso. Ocurre al separar el núcleo de un átomo para formar más núcleos más pequeños. Es este el método que se suele usar para obtener electricidad a partir de reacciones nucleares.
Estos procesos en sí son la base de la reacción necesaria para producir energía nuclear, que también se conoce como combustible nuclear. Sin embargo, en esta transformación del átomo, tienen lugar también diversas variaciones en el peso del átomo. Esto ocurre por la liberación de energía calorífica. Consiste en la división del núcleo hasta conseguir un número definido de partículas aún más pequeñas. Se genera bombardeando un átomo inestable con un neutrón. Cuando esto ocurre, hay energía calorífica.
La polémica
Uno de los aspectos que más revuelo generó en torno a la energía nuclear es la gestión de los residuos radiactivos. Recordemos que uno de los principales elementos usados en la producción de este tipo de energías renovables es el uranio. El Consejo de Seguridad Nuclear emplaza a las centrales nucleares españolas a depositar estos residuos radioactivos en ubicaciones específicas.
Su uso y expansión en España es patente. En 2017 se convirtió en la segunda forma más común de producción de electricidad. De hecho, el respaldo público con el que cuenta es cada vez mayor. Al nivel de llegar a discusiones políticas para su prolongación, que, por ejemplo, garantiza la estabilidad eléctrica en tiempos en que el cambio climático pone en cuestión otras fuentes de energía. Por tanto, la energía nuclear en España se une a la energía eólica para paliar la crisis de contaminación por producción eléctrica.
Actualmente, el parque nuclear español cuenta también con un par de almacenes temporales centralizados atc.
Una de las principales razones por las que recibe apoyo público de políticos, civiles y algunos colectivos ecologistas, es porque es una alternativa que garantiza la obtención de energía sin apenas emitir CO2.
Dentro de la producción de energía que no emite contaminación atmosférica en forma de CO2, la energía nuclear en España representa aproximadamente el 35% de la producción.
De hecho cuenta con un prestigio internacional tan grande que esta forma de extracción de energía está presente en más de 40 países distintos.
Energía Nuclear en España
A diferencia de cómo funciona este proceso en otros países, la producción de energía nuclear en España ocurre usando materiales 100% españoles. Es decir, España posee toda la cadena de valor del ciclo del combustible. Desde los proveedores de sistemas nucleares, la ingeniería, los fabricantes y montadores de las estructuras. Todo es propio. Y eso determina el gran reconocimiento internacional con el que cuenta el parque nuclear español.
Como mencionábamos anteriormente, el 20% de la electricidad española se produce en plantas nucleares. Esto representa entre 55.000 y 60.000 gigavatios-hora.
Otro punto positivo es que el proceso es continuo la 24 horas del día. No depende de factores meteorológicos u otros externos, como sí pasa con la energía solar o eólica, por ejemplo.
Un año regular tiene 8760 horas. El sistema de producción de energía nuclear española funciona por aproximadamente 8.000 horas. El resto del tiempo, es de mantenimiento.
Esta alternativa menos contaminante para producir energía reduce de una forma considerable las emisiones de CO2. En números, se prescinde de unas 30 millones de toneladas de dióxido de carbono. En una representación más gráfica, podemos pensar que es como si se eliminase la mitad de los coches de toda España. Es por esto que se convierte en una pieza clave en la mitigación del cambio climático y forma parte del compromiso europeo e internacional contra la contaminación.
Además, un punto que se suma al atractivo es que representa la contratación de más de 27.500 trabajadores. El factor humano es fundamental en este proceso para garantizar su seguridad y eficiencia en el funcionamiento. Además, de forma complementaria, las empresas que se encargan de este tipo de explotación, colaboran con el entorno en el que están. Lo hacen de diversas formas, pero sobre todo en el sentido local, social y educativo.