Un préstamo apalancado es un tipo de préstamo que se extiende a empresas o individuos que ya tienen cantidades considerables de deuda o mal historial de crédito. Los prestamistas consideran que los préstamos apalancados conllevan un mayor riesgo de incumplimiento, y como resultado, un préstamo apalancado es más costoso para el prestatario. El valor predeterminado se produce cuando un prestatario no puede realizar ningún pago durante un período prolongado. Los préstamos apalancados para empresas o individuos con deuda tienden a tener tasas de interés más altas que los préstamos típicos. Estas tasas reflejan el mayor nivel de riesgo que implica la emisión de los préstamos.
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¿En qué consiste un préstamo apalancado?
No hay reglas establecidas ni criterios para definir un préstamo apalancado. Algunos participantes del mercado lo basan en una idea extendida. El término ‘préstamo apalancado’ suena mucho más complejo de lo que realmente es. Se trata de una alternativa muy cómoda para aquellas personas que están dedicadas al sector de la inversión. De hecho, no se trata únicamente de inversores “profesionales”, sino que también funciona para personas naturales que quieren hacer algún gasto importante y para el que requieren liquidez. Eso sí, es menester hacer una gestión consciente para no superar aquellos niveles de endeudamiento que nuestras finanzas nos permitan.
Apalancar un préstamo consiste en usar una deuda para aumentar el capital disponible para invertir. Es decir, se trata de la relación entre el capital propio y el prestado. El grado de apalancamiento de una deuda irá definido por el nivel de deuda. A mayor deuda, mayor apalancamiento. De esta manera, se puede rentabilizar una operación. Así se pondrá a trabajar el capital. Y como la economía es, teóricamente, circular, las buenas inversiones generarán a su vez más inversiones. Tras la crisis financiera hubo cierto temor por billones de dólares de la reserva federal americana o el banco de Inglaterra que pendieron de un hilo. Pero vivimos otros tiempos y la confianza en los préstamos apalancados vuelve a ser sólida y de alto rendimiento.
Tipos de apalancamiento
Existen tres tipos de apalancamiento financiero que pasaremos a enunciar a continuación:
Positivo: ocurre cuando la rentabilidad que se obtiene a partir de una operación es mayor que el importe de los intereses y las comisiones que se pagan por el crédito.
Negativo: ocurre cuando el rendimiento es inferior al interés y las comisiones que se nos han prestado.
Neutro: ocurre cuando la rentabilidad obtenida es similar a los tipos de interés y comisiones abonadas por el capital prestado.
¿Merece la pena?
Dependiendo del tipo de negocio en el que se quiera hacer una inversión, la aplicabilidad de un préstamo apalancado será más o menos conveniente. Es por ello que hay que considerar que, si todo sale bien, el préstamo habrá sido exitoso. Sin embargo, también hay que considerar la posibilidad de un mal resultado económico.
Esto significa que hacer una mala inversión no nos haría únicamente perder dinero. Sino incluso peor, tendríamos que gastar dinero que ni siquiera habíamos invertido por apalancar el pago. Por ejemplo, si hacemos una operación apalancada en 1:2 (Por cada euro de mi propiedad, invierto dos euros en total), perderás dos euros que no son tuyos, los intereses.
No se recomienda no invertir lo que no se tiene. Es por eso que es necesario prestar atención detallada a los pros y contras del sector en el que se quiere hacer la inversión.
Un préstamo apalancado es un préstamo comercial. Es proporcionado por un grupo de prestamistas. Existe protección de los inversores. Primero es estructurado, arreglado y administrado por uno o varios bancos comerciales o de inversión. Son conocidos como organizadores. Luego se vende (o sindicada) a otros bancos o inversores institucionales. Los préstamos apalancados también se pueden denominar créditos garantizados para la tercera edad.