Cada vez es más común realizar compras por Internet y pagar con herramientas totalmente digitales. Aquellos que todavía se resisten a ello es porque no se fían de la seguridad de estas transacciones, sobre todo por introducir los datos bancarios. Aquí es donde aparecen las tarjetas virtuales como alternativa para no ceder los datos de nuestra tarjeta de crédito o débito. Vemos qué son las tarjetas virtuales, cómo funcionan y con qué nivel de seguridad extra cuentan.
📌 Índice
¿Cómo son las tarjetas virtuales?
Las tarjetas virtuales son digitales y no tienen un soporte físico como las tarjetas tradicionales, pero sí ofrecen al usuario un número de tarjeta, un código de seguridad y una fecha de caducidad. Estos son los datos necesarios para poder autorizar un pago por Internet.
Teóricamente, al no existir una tarjeta física no se podría realizar compras en establecimientos de forma presencial. Sin embargo, las tarjetas virtuales ofrecen la posibilidad de vincularlas a plataformas de pago móvil como Apple Pay, Google Pay o similares.
¿Cómo funcionan las tarjetas virtuales?
Las tarjetas virtuales se utilizan como un método de pago alternativo, sobre todo destinado a las compras por Internet. Con ellas eliminamos el riesgo de introducir información bancaria en Internet, ya que no dan acceso al dinero disponible de nuestra cuenta corriente.
El funcionamiento de las tarjetas virtuales es similar al de las tarjetas prepago: se recargan con saldo. De esta forma podremos:
- Incluir únicamente el dinero que necesitamos para realizar la compra.
- O limitar el dinero que queramos tener en la tarjeta para evitar gastos extra.
Así, aumenta también la tranquilidad del titular de la tarjeta, ya que en caso de robo o fraude por parte de un tercero, únicamente podrán acceder al dinero que hayamos metido para realizar dicha compra. No podrán acceder al dinero de nuestra cuenta bancaria.
Por ejemplo: si vamos a realizar una compra online de un importe de 40 euros, podremos cargar en la tarjeta virtual únicamente esa cantidad. Así, en caso de ataque online, únicamente perderemos esos 40 euros, pero nuestros ahorros estarán totalmente a salvo en nuestra cuenta bancaria.
Ventajas de las tarjetas virtuales
Como decíamos, las tarjetas virtuales disponen de ciertas ventajas con respecto al resto de tarjetas bancarias. En resumen, los principales beneficios de este tipo de tarjetas son:
- No es necesario introducir los datos bancarios para comprar por Internet.
- Se evita la falsificación de cuentas y el robo de identidad.
- Su funcionamiento es muy sencillo y accesible a cualquier usuario. Similar al de las tarjetas prepago.
- Como son tarjetas recargables, podremos limitar el dinero para evitar tener gastos extra.
- Se pueden vincular a métodos de pago móvil como Apple Pay o Google Pay.
- Es el mismo titular de la tarjeta el que puede establecer la fecha de caducidad.
- No están vinculadas a ninguna cuenta bancaria, por lo que en caso de pérdida o robo solo podrán acceder al dinero que tenga cargado en ese momento.
Qué bancos ofrecen estos productos
Hay muchas entidades que ya cuentan con tarjetas virtuales en su catálogo de productos financieros. Algunas de ellas son:
Tarjeta Virtual BBVA
El banco BBVA ofrece a los usuarios que optan por comprar productos online su Tarjeta Virtual BBVA. Entre sus principales ventajas destaca que está totalmente libre de comisiones para aquellos que cumplen condiciones. Una forma de desvincular la cuenta corriente y los ahorros de las compras en línea.
Tarjeta Virtual Abanca
Abanca se lanza a la era digital totalmente segura con su Tarjeta Virtual Abanca. Libre de comisiones y sin coste de renovación. Con ella podremos realizar compras online con riesgo cero, ya que permite introducir únicamente el dinero de la compra y no está ligada al resto de nuestros productos bancarios.
Tarjeta Virtual Bankia
Bankia no se queda atrás en la nueva era digital y apuesta por la seguridad online con la Tarjeta Virtual Bankia. Garantizando a sus clientes la seguridad total de sus cuentas bancarias y ofreciendo esta tarjeta recargable para realizar operaciones y compras en línea. En este caso, el coste de emisión es de 10 euros.