Calefacción de gas, ¿recomendable?

COMO SABER SI NECESITAS CALEFACCION DE GAS

Contar con un buen sistema de calefacción de gas en nuestra casa es algo imprescindible para no morirnos de frío en los meses que van de noviembre a marzo. Así, existen multitud de tipos de calefacción entre los que podemos mencionar, entre otros, la calefacción de propano; la calefacción de gasoil; la calefacción de gas… Seguir leyendo Calefacción de gas, ¿recomendable?

Contar con un buen sistema de calefacción de gas en nuestra casa es algo imprescindible para no morirnos de frío en los meses que van de noviembre a marzo.

Así, existen multitud de tipos de calefacción entre los que podemos mencionar, entre otros, la calefacción de propano; la calefacción de gasoil; la calefacción de gas natural; y la calefacción de gas butano. Cada una de ellas, como es lógico, presenta sus propias características, particularidades, ventajas y desventajas propias y, en este artículo, desde Precio.com te explicamos en qué consiste cada uno de estos tipos de sistemas calefactores y cuáles son sus principales pros y contras.

Por otro lado, te ayudamos a decidir si la calefacción de gas es la opción más recomendable para tu hogar en función de tus necesidades, hábitos y preferencias personales.

¿Te interesa? Pues lee con atención porque ¡empezamos!

📌 Índice

Cómo funciona un calefactor a gas

Un sistema de calefacción central de aire forzado de gas entra en acción cuando el termostato le indica que la temperatura ambiente ha caído por debajo de un nivel de “confort” preestablecido por el usuario. El termostato envía una señal eléctrica de bajo voltaje a un relé en el calefactor. Esta indica a una válvula que abra y propague el suministro de gas natural a los quemadores y que el soplador se encienda.

El ciclo de calentamiento más básico 

  1. La fuente de combustible, ya sea gas natural o propano en este caso, se enciende en el quemador.
  2. La llama comienza a calentar el intercambiador de calor de metal y el escape se envía fuera del calefactor.
  3. El intercambiador de calor transfiere calor al aire frío dentro de su hogar.
  4. El soplador entonces fuerza el aire caliente en los conductos principales del recinto, donde se distribuye por toda la casa.
  5. El aire caliente llena cada habitación. Al tiempo que el aire más frío y más denso es llevado de vuelta al calefactor por los conductos de retorno donde el proceso se repite.

Sistema calefactor de propano

Este primer tipo de sistema calefactor funciona mediante el propano. Este es un gas que pertenece al grupo de los hidrocarburos alifáticos, y se suele utilizar para hacer funcionar la cocina, el agua caliente y, cómo no, la calefacción. Así, el gas propano puede conseguirse en bombonas en tiendas y/o establecimientos dedicados a la venta de instrumentos de energía, o también se puede adquirir directamente de las compañías distribuidoras de este tipo de gas.

Por último, cabe destacar que en nuestro país son cuatro las principales empresas privadas distribuidoras de propano: Vitogas; Cepsa; Primagas; y Repsol.

Sistema calefactor de gasoil

El gasoil, también conocido como gasóleo o diésel, es un hidrocarburo compuesto por multitud de parafinas (conjunto de hidrocarburos alcanos), que se usa, por un lado, para poner en marcha los motores y bovinas de muchos automóviles de hoy en día; y, por el otro, para activar la calefacción de los hogares.

Al igual que ocurre con el gas propano, el gasoil puede adquirirse en botellas y/o bombonas de cualquier empresa que las comercialice, y también pueden comprarse en establecimientos especializados. En todo caso, y como punto negativo del gasóleo, hay que decir que obliga a sus titulares a realizar un mantenimiento exhaustivo de la instalación de la calefacción, periódico y regular y, además, emite grandes cantidades de CO2 (carbono dióxido) a la capa de ozono.

Sistema calefactor de gas natural

El gas natural es, en esencia, un hidrocarburo creado a partir de la mezcla de multitud de gases naturales, y, además de activar el sistema calefactor de los hogares, se suele usar también para poner en marcha diferentes aparatos de la cocina (el horno, etc.) y para calentar el agua de casa.

Como puntos positivos de esta forma de energía calefactora, podemos decir que, lógicamente, no produce ningún tipo de emisión contaminante para el medio ambiente, por lo que estamos hablando de una energía considerada con el cambio climático. Además, resulta muy cómoda para sus usuarios porque no requiere de ninguna clase de mantenimiento ni revisión, más allá de las que están estipuladas por ley a lo largo de un año natural.

Sistema calefactor de gas butano

Este último tipo de gas es, en esencia, otro hidrocarburo compuesto de átomos y de hidrógeno, y  puede encontrarse en diferentes formas (licuado, saturado, metilpropano, isobutano, etc.). El gas butano es comúnmente utilizado en aquellos hogares que requieran de un consumo anual de gas relativamente bajo y en los que, además, no sea posible instalar un sistema calefactor que funcione con gas natural. Al igual que el propano y el gasoil, el gas butano puede adquirirse en botellas y/o bombonas en cualquier establecimiento relacionado con el sector energético. También directamente de las compañías proveedoras de este tipo de gas.

Calefacción eléctrica

Por otro lado, también existe la calefacción eléctrica y, como es lógico, también presenta ciertas ventajas, que nos facilitarán decidir entre la calefacción eléctrica o de gas, y que la convierten en una alternativa interesante para calentar nuestra casa. Entre estas ventajas, podemos mencionar que su instalación, al contrario que la instalación de gas, no requiere de grandes obras ni tiene un coste en exceso elevado y que, además, no requiere de un mantenimiento ni revisión exhaustivos. Sin embargo, el consumo energético puede ser más costoso para mantener una temperatura óptima. Es por eso que, si quieres ahorrar en la factura de gas, evalúes más lo que te convenga. 

A la hora de elegir un sistema de calefacción de gas, hay que tener en cuenta el potencial peligro que esta fuente de calor puede tener. Sin asustarnos ni sobresaltarse. Tampoco hay que llevarlo al drama. Pero hay que recordar que el gas es un tipo de combustible. Por tanto, el riesgo de su inflamabilidad, mientras la caldera de gas realiza un correcto funcionamiento, hace que debamos tener cuidado y extremar precauciones. 

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